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Nuestro sistema inmunitario es el encargado de protegernos de infecciones y otras enfermedades1. Se trata de un conjunto complejo de células, tejidos y órganos que, por lo general, nos defiende de los microorganismos que causan enfermedades (como las bacterias o los virus). Sin embargo, a veces este sistema inmunitario está debilitado y falla provocando distintas enfermedades en el sistema inmunológico.

Los seres humanos no nacemos desprotegidos, ya que, desde nuestro nacimiento, contamos con la llamada inmunidad innata o natural, que nos protege de antemano y de manera global contra una gran variedad de gérmenes. Este tipo de inmunidad incluye también una primera barrera de defensa integrada por la propia piel y por membranas mucosas como la nariz, la garganta o el tracto gastrointestinal.

Por otra parte, existe también la inmunidad pasiva, que proviene de otra fuente -no del propio organismo- y es temporal. Un ejemplo son los anticuerpos que la madre transmite a su bebé mediante la lactancia.

Por último, el sistema inmune también tiene la capacidad de emitir una respuesta dirigida en contra de un patógeno concreto. Es lo que llamamos inmunidad adquirida, adaptativa o activa, que va cambiando a lo largo de la vida: cada vez que una persona de cualquier edad entra en contacto con un nuevo microorganismo nocivo, bien sea por vacunación o por una infección, adquiere inmunidad contra él. Por este motivo, los jóvenes y adultos suelen contraer menos enfermedades infecciosas que los bebés y niños.

Hay veces que puede producirse un fallo en la respuesta del sistema inmunitario contra los antígenos (sustancias que inducen una respuesta inmunitaria). Estos fallos, a menudo tienen un origen desconocido. Las enfermedades que pueden provocar estas alteraciones inmunológicas pueden clasificarse en cuatro grupos:

  • Trastornos alérgicos: en una persona alérgica, se produce una respuesta inmunitaria desproporcionada a sustancias que llegan del exterior (alérgenos), aunque para cualquier otra persona sean inofensivas.
  • Enfermedades por deficiencia inmunitaria: estos trastornos se producen cuando faltan uno o varios de los componentes que forman el sistema inmunitario o no funcionan adecuadamente.
  • Enfermedades autoinmunes: en este caso, el sistema inmunitario ataca nuestras propias células y tejidos, aunque estén sanos, al confundirlas con cuerpos extraños.
  • Cánceres del sistema inmunitario: algunos tipos de cánceres pueden afectar a las células y tejidos que componen el sistema inmunitario.

Hay factores de estilo de vida que te pueden ayudar a mantener un sistema inmunológico saludable3. Ejercitarse regularmente, no fumar, dormir adecuadamente cada noche, minimizar el estrés y mantener una dieta balanceada y saludable son hábitos para fortalecer el sistema inmunológico.

Un medicamento multivitamínico te puede ayudar a evitar que presentes una deficiencia de vitaminas, la cualpuede afectar la función de tu sistema inmunológico. Los medicamentos de vitaminas para el sistema inmunológico de Redoxon® te ayudarán a mantener un sistema inmune fuerte y saludable. Redoxon® AOX®, por ejemplo, te proporciona vitamina C, vitamina D y zinc—micronutrientes que contribuyen al funcionamiento de tu sistema inmune.

La presente información se proporciona con el único fin de brindar educación general. Para cualquier duda de su salud consulte a su médico.

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Vitaminas Redoxon® para fortalecer el sistema inmune